“Y se fue, como quien se desangra”
Judithf, Jota eFe, Jota, Jay.
Yo no tengo muchos años en MZ, por lo tanto, Jota está íntimamente relacionada, en mi subconsciente, con la TZ. Tanto, que durante mucho tiempo, y aun sobresaliendo, o cubriendo la fachada, otros Head´s, la que hacia el trabajo “sucio” era ella.
Sí, porque Jota no es buena. Jota no es magnánima, Jota no es benevolente.
Jota es mala, es egocéntrica, es soberbia. Jota no se apega a las reglas, los mandatos, los lineamientos, formales o informales.
Pero así como mucha gente buena puede hacer mucho daño, una persona mala puede hacer mucho bien.
Porque todos esos defectos, si se quiere, porque son tan carentes de hipocresía que algunos podría no creerlos como tales, nunca fueron utilizados en beneficio propio.
Aun desde la soberbia, fue la que siempre saco las uñas por los RA. Bueno, como decía ella, por “sus” RA´s… su niñas. (Esos fuimos nosotros, y tendremos que vivir con ese estigma). Éramos elementos de sus batallas, de las que ha perdido pocas. Aun salteando los formales caminos del intrincado reparto de letras a través del mapamundi, aun basureando a usuarios que quizás no merecían su desprecio, porque era simplemente buenos, de los que hacen daño, ella defendió, nuestro sueldo, y nuestro único derecho, las letras y la libertad de expresión en algún caso.
Y además, fue la que sostuvo los hilos que hacen la estructura de la revista. Porque detrás de cada negrita, cada subrayado, cada imagen, hay códigos, que como mandato irrevocable de la TZ, como su marca registrada, como su condición sine qua non, fallan. Un signo mayor menos, una comilla equivocada, y se friegan las secciones. Y hay que arreglarlos, revisarlos, corregirlos. Y a que cubrir secciones, porque nunca están todas, con excusas o sin ellas, nunca están todas.
Y hay que “crear” la revista, armar el marco donde se meten las secciones.
Y más, pero no quiero entretenerlos con entretelones.
Eso es la TZ.
Después, un día, fuimos invencibles. Hicimos la revista que queríamos hacer. No mejor que las anteriores o las venideras, pero si la que queríamos hacer. Y eso valía la pena.
Después caí, me fui, me disolví, y la deje sola. Sí, me siento responsable, más nunca culpable, no digo de esta pérdida para la revista, que siempre nos trasciende, pero sí de este éxodo trascendental.
Y también, nobleza obliga, además de esto, tenía su sección. Y esto sí es una perdida para la revista, y no lo tengo que explicar, se explica solo.
No digo tristeza, porque la vida me ha obligado a ser estricto en el uso de la palabra, pero parecido a un abismo, y la atracción al vacio.
Jota se iba, se fue, se está yendo.
Tal vez volvió, del futuro no me acuerdo.