Contraeditorial























Elecciones

El
día de ayer, Domingo 13 de Diciembre de 2009, nuestro país asistió a
las elecciones presidenciales y parlamentarias, dando un resultado
esperado por la gran mayoría, una Concertación desgastada, cae ante el
empuje de una aparente derecha renovada.

Es muy probable que la
Alianza por Chile, sea la ganadora en el balotaje, ya que, la
Concertación perdió esta elección, en sus propias primarias internas.
Los partidos de la Concertación debían definir al candidato único, los
presidenciables eran José Antonio Gomez, del PRSD, Eduardo Frei, por la
DC, Ricardo Lagos, por el PPD, y José Miguel Insulza, por el PS, y
otros como Marco Enríquez Ominami y Alejandro Navarro, querían competir
en las primarias por su opción.
Después de las intervenciones de los
partidos de la Concertación, en especial de Camilo Escalona, presidente
del PS, a quien le asigno la responsabilidad por el fracaso electoral
del bloque oficialista, se bajaron Insulza y Lagos, y Enríquez Ominami,
y Navarro, renunciaron a la Concertación, persiguiendo sus sueños
electorales en forma independiente. Camilo Escalona, al negarle la
opción de ser precandidato a Marco Enríquez Ominami, provocó que este
se saliera del bloque oficialista y levantara una candidatura
independiente, que le restó muchos votos a Eduardo Frei, quien fue
proclamado como candidato único en las primarias de la Concertación.

La
primera vuelta del día de ayer, marca un antes y un después en la
política chilena. Por primera vez la Alianza supera a la Concertación
en las parlamentarias, el sistema binominal, perversa invención de
Jaime Guzmán, hace que 30 sean más que 50, quedando fuera del
parlamento, personas como Alvaro Escobar, quien sacó más votos que Pepe
Auth, pero el binominal hace que gane este último.
Con una mayoría parlamentaria aliancista, no creo que el binominal sea cambiado, de hecho siempre se han opuesto a modificarlo.

La
disputa entre Frei y Piñera, será voto a voto, pero, creo que el
próximo presidente de Chile, será el empresario, y de hecho, lo
prefiero antes que a Frei. Cuando Frei fue presidente, el país venía
creciendo a un histórico 7%, y comenzó el gran auge económico chileno,
la época en la cual éramos el jaguar de Latinoamérica (en referencia a
Singapur, llamado el “tigre” asiático). A Frei le tocó lidiar con la
crisis asiática, con el efecto “tequila”, que fue la crisis de México
en el 2000, y con los inicios de “la crisis del tango”, que en
Argentina, terminó con el famoso corralito y el éxodo de 200.000
argentinos a nuestro país. Frei, no supo salir airoso de esas crisis,
que en su conjunto, fueron menos graves que la actual crisis sub prime,
de la cual el gobierno de Bachelet, es uno de los que mejor la ha
enfrentado, a nivel mundial, y Frei, cuyo equipo económico encabezaba
Aninat, dejó a Lagos, un país en recesión. Este último volvió al
crecimiento, pero a tasas de un 5%, jamás hemos vuelto a crecer al 7%
de los finales de Aylwin y principios de Frei.

El próximo
presidente de Chile, será quien celebre en ejercicio nuestro
bicentenario, que han preparado los gobiernos de Lagos y Bachelet.
También será quien deba dar el salto final hacia el desarrollo
económico, y mirarnos de tu a tu, con los países de la OCDE.
La
Izquierda, no votará por Piñera, con el temor de que un gobierno de
derecha, acabe con las pocas garantías sociales que tiene Chile, como
la protección a los trabajadores, con el famoso mes por año a la
cabeza, y la poca flexibilidad que exhibe nuestro mercado laboral. La
Derecha, en cambio, si votaría por Frei, ya que paradójicamente, los
gobiernos concertacionistas han sido especialmente buenos para el mundo
empresarial.

Mi opinión personal, que soy un profesional
independiente, es que me da lo mismo quien gobierne, por que en mi
calidad de emprendedor, no exhibo las protecciones sociales que tienen
los trabajadores asalariados, y tampoco soy sujeto de crédito, para que
la banca financie mis proyectos. En cambio para mi padre, empleado
bancario, un eventual gobierno de Frei, es mejor por que no se
perderían los escasos beneficios de la protección a los trabajadores, o
mi madre, empleada pública, quien un eventual gobierno de Piñera
significaría que su trabajo en la salud, se vería concesionado,
perdiendo su calidad de empleado público, grados y antigüedad, o para
mi suegro, empresario, quien ve con buenos ojos que gobierne Piñera, ya
que una baja en los impuestos aumentaría sus escuálidas utilidades, y
podría contar con mano de obra sin las restricciones actuales. Cada uno
de nosotros tiene o no tiene sus preferencias electorales, pero sea
quien sea el presidente, deberá hacerse cargo de lo siguiente:

- Chile, País desarrollado
- Apertura de mercados, y consolidación de Chile como plataforma de negocios en LATAM.
-
Aumentar la protección social, ya sea por medios directos (leyes que
encarezcan los despidos), o por medios indirectos, como la mejora de
los subsidios de cesantía.
- Mejorar la deficiente educación pública.
- Estado de bienestar.
- Descentralización efectiva.
- Cuestión Mapuche.
- Cambio de Constitución y fin del binominal.

En
lo personal, me gustaba Marco Enríquez Ominami, pero mi opinión no vale
al no estar inscrito. Y creo que Piñera lo hará mejor que Frei. Sea
quien sea quien gane, tendrá que cargar con la mochila de nuestros
sueños y frustraciones. Yo apuesto por un cambio, no de políticos, sino
que de mentalidad, si queremos hacer de Chile un país mejor para todos,
todos debemos trabajar para ello. Por ello, me inscribiré en las
próximas elecciones, y quien sabe, quizás hasta levante una
candidatura, o apoye en terreno la de algún tercero, con el fin de
solucionar los grandes problemas de nuestra sociedad.

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